Arraigado en la historia cultural, este trabajo intenta comprender la racionalidad de la práctica del duelo, poniendo la cultura como centro y no como epifenómeno. La autora, por lo tanto, propone mirar la retórica del honor y la practica del duelo desde el punto de vista de la significación cultural en medio de un proceso histórico en "ebullición". Es por ello que, como nos dice, "la reputación, las formas de defenderla, los valores que de ella emanan, sus dimensiones simbólicas, y los comportamientos observados… son centrales para comprender los recursos generados y apropiados por una sociedad, o por un sector de ella, para proponer un orden y para fabricar la diferencia". La dirección que Gayol le imprime a esta investigación desafía las dos miradas convencionales sobre el tema: "la que sostiene que el duelo fue un hecho marginal en la vida social y política, y la que piensa que el honor y el duelo constituyen prácticas genuinas solo en una sociedad jerárquica, con escasos habitantes, relativamente estable y estamental". Por el contrario, el libro sostiene la idea que ambos, honor y duelo, fueron vitales en el proceso de construcción de la modernidad Argentina