La carencia de actividad física sistemática trae serias consecuencias para la salud y la calidad de vida; la urbanización reduce las posibilidades de las personas de tener una vida físicamente activa. Demasiadas ocupaciones, transportes y tareas del hogar altamente tecnificados han conducido a la disminución de la actividad física. Cada vez más trabajadores no necesitan ni siquiera desplazarse dentro de su ámbito laboral y un número creciente de personas organizan su trabajo directamente en el hogar. Como resultado, los niveles de actividad física de la población han ido decreciendo con un muy negativo efecto sobre la salud pública.