El proceso de depósito de materiales compuestos consiste básicamente en la incorporación, durante la electrolisis, de pequeñas partículas en la matriz metálica electrodepositada. Las partículas solidas o liquidas se mantienen en suspensión en la solución electrolítica ya sea por agitación mecánica o por el agregado de sustancias especificas a la solución. Esta técnica permite generar recubrimientos compuestos que tienen propiedades únicas, resultantes de la combinación de las características propias de dichas partículas (materiales cerámicos, compuestos orgánicos, minerales, etc), con las del metal que forma el soporte del recubrimiento.