Gran parte del pensamiento geopolítico contemporáneo tiene como uno de los pilares fundamentales la centralidad del continente Euroasiático. Amerita ese lugar el hecho de representar el 37% de la superficie terrestre del mundo o que sea el espacio en donde se encuentre la mayor cantidad de habitantes del planeta (72,5%) y buena parte de sus principales civilizaciones históricas y entidades culturales nacionales contemporáneas.
Además, en dicha región se encuentran actualmente tres de los cuatro núcleos de la economía mundial: China (con un PBI a precios actuales de 14,34 billones de dólares según el Banco Mundial con datos de 2019), Europa Occidental (Eurozona con un PBI de 13,34 billones) y Japón (5,08 billones).
Por otro lado, allí se encuentran la mayor parte de los principales polos de poder mundial, hoy en plena disputa en un escenario de multipolaridad relativa y crisis del orden mundial: China –la gran potencia/civilización re-emergente que modifica el escenario mundial y expresa el ascenso más general de Asia Pacífico como región—, Rusia – con su poderío político-militar, territorial e inmensos recursos naturales—, la Europa de la zona euro (o el eje Berlín-París) que continúa en la rugosa senda de la contrucción de un estado continental, y estados importantes como India (cuya proyección prevée que será un jugador fundamental), Japón, Irán o Turquía.