Es de destacar la conformación de un equipo interdisciplinario que ha realizado un proceso de capacitación inicial y un intercambio permanente de experiencias y reflexiones en el marco de reuniones periódicas realizadas desde el inicio del proyecto y que ha podido mantener los integrantes del mismo e incluso sumar voluntarios que se han incorporado a las actividades del proyecto durante el trascurso del año. Por otro lado, sigue vigente las relaciones sistemáticas entre los referentes y coordinadores de la organización de desocupados con los integrantes del equipo de extensionistas.
El proceso educativo generado a partir del presente proyecto tiene potencialidades múltiples para continuarse en forma autónoma y valiéndose de diferentes estrategias institucionales y no institucionales: la continuidad de los talleres de tejido en los otros barrios en los cuales hemos desarrollado actividades de extensión en conjunto con la CTD y la incorporación de los ejes trabajados y desarrollados en el taller “Mi derecho a tener derechos: formación de capacitadores” en contextos de escuelas secundarios, destinados a los jóvenes, especialmente los ejes referidos al derecho al trabajo, la identidad y los derechos de la mujer.