Los Talent Shows implican una de las principales estrategias de promoción de la industria fonográfica (Taylor Cvetkovski, 2015) desde la radiofonía. Con el desarrollo de la televisión se constituyen en un formato específico (Omar Rincón, 2011), definido por la participación activa y normada del público durante la performance (Simon Frith, 2014 [1996]) y la presencia de artistas consagrados en la industria musical. La asociación entre el directo realizado (Jérôme Bourdon, 1997) y la verdad como valor de la autenticidad musical (Keir Keightley, 2006 [2001]) es parte de las formulaciones habituales en este tipo de producción. La interpretación musical en vivo es instancia ineludible, que expone las capacidades del concursante, siendo el directo un garante de veracidad, aún en casos de escenificación o lip dub. Los concursos de talentos se organizan como scouting vía profesionales en acciones similares a las del Artists and repertoire (Alfonso Blanco Maldonado, 2017), asimismo, definen, exponen y argumentan sobre la música, su performance, los músicos y las formas de circulación musical.