Como expusimos en la síntesis del proyecto, para el 2017 nos propusimos afianzar un nuevo espacio de trabajo de reflexión y producción, con el objetivo de hacer frente a una demanda por parte de algunas coordinadoras de la organización co-partícipe. Esto supuso nuevos desafíos y de mayor complejidad, fundamentalmente a la hora de poder integrar estas tareas en la dinámica de creciente conflictividad en la que se vio inmersa la organización durante el año, producto de retracciones en la obtención de recursos y empeoramiento de las condiciones sociales y laborales de los vecinos. La etapa de planificación, la capacitación de los nuevos extensionistas y preparación de los insumos y materiales didácticos que se desarrolló en los meses de febrero y marzo fue muy productiva y redundó en la consolidación del equipo extensionista y el enriquecimiento de las herramientas con las que contábamos para llevar adelante el taller. El taller de tejido continuó el trabajo con la comunidad del comedor de la CTD, “La Cantera” en el barrio de Hernández. Dicho espacio fue muy valorado por las mujeres que comenzaron a participar del mismo durante el 2016, porque podían ir con sus hijos e hijas al mismo.