A partir del registro y compilación de archivos visuales, audiovisuales y sonoros sobre ciclos naturales, se crea una instalación escenográfica que invita al espectador a detenerse a observar, escuchar, traspasar y reconocer el tiempo de estos ciclos desde su propia perspectiva. Convocando a consumir hasta sentirse parte de una cápsula, esta instalación tiene como fin hacernos reflexionar sobre nuestro propio tiempo; un escenario donde repetimos, aceleramos y desintegramos algo que catalogamos como propio y verdadero, cuando en realidad se encuentra ensamblado a una cadena de eslabones, es decir, una unión a la que nos adherirnos instintivamente sin conocer su principio ni fin.
Transitando la búsqueda de diferentes y nuevos sistemas de representación y comunicación, en el año 2020, como Directora de Arte, observo la realidad, el contexto histórico social, la tecnología y propongo crear una escenografía físico-virtual que haga consciente a partir de geometría, planos, puntos de vista, proyecciones e iluminación, el ciclo que avanza y nos une día tras día: nuestro paso por la Tierra, donde como en toda obra es el guion quien nos marca un tiempo y nos lleva hacia el escenario.