Es ya difícil aceptar el concepto implicado en la propia etimología del término "vocación" como un llamado de origen secreto y tácitamente providencial. Otras claves, con variados tonos y acentos psicológicos y a veces grávidas de parámetros sociales, tienden a suplantarlo. No es nuestro propósito ensayar ninguna nueva ni tampoco discutir las que se hallan en vigencia. Nos situamos con toda simplicidad frente a la existencia de un abundante número de jóvenes que hace poco tiempo iniciaron con gran alborozo las carreras de psicología, por fin fundadas en diversas universidades de nuestro país, y que ahora, apenas cumplidos sus estudios, se hallan cercados por dificultades que no sólo comprenden la falta de campo para su profesión sino también el derecho reconocido para ejercerlo.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)