Como es una sana costumbre en las recensiones de los volúmenes que resultan de la edición de un encuentro, iniciaremos esta con el origen del mismo. La idea de compilar el libro que aquí se reseña surgió durante un curso de un fin de semana que tuvo lugar en 1992 en el "Ancient Technology Centre", Cranborne, en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. A partir de este encuentro, concurrido sobre todo por maestros, se fue esbozando una preocupación: aquella por los valores educativos que podían asociarse -o no- a la proliferación de "sitios reconstruidos". La misma fue cuajando como pregunta cada vez más clara a lo largo de diversas reuniones hasta llegar a la organización de un debate específico al respecto en el marco del Tercer Congreso Arqueológico Mundial de Nueva Delhi de fines de 1994.
De este relato, emerge este libro, con veinte capítulos y una introducción a cargo de los editores en la que Peter Stone y Philippe Planel adoptan una adscripción múltiple: utilizan un "nosotros" que los define como arqueólogos, como intérpretes y como maestros.