Igualmente que en otras actividades de los niños, los patrones del dormir se modifican sucesivamente a medida que avanza la edad. Estos cambios están relacionados fundamentalmente con el desarrollo del sistema nervioso, que es sobre todo acelerado en los primeros meses, Pero también contribuye significativamente el aprendizaje, afectado por las costumbres y pautas culturales. En el recién nacido el dormir está fragmentado en períodos relativamente breves, distribuidos irregularmente en las 24 horas, que alternan con períodos mucho más cortos de vigilia. El numero total de los dos períodos varia de 15 a 18. En las primeras dos semanas, la cantidad total del sueño en las 24 horas es en el promedio alrededor de 17 horas y el de la vigilia 7 y no hay diferencias significativas entre la cantidad total del sueño de la noche y del día.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)