Fungi materializa el trabajo de rastreo, recuperación y selección de un cúmulo de fotografías que, enmohecidas y deterioradas, dieron lugar a nuevas imágenes como consecuencia de la intervención de distintas clases de hongos. Ellas son un retrato en movimiento del tiempo, una imagen vacilante, ya que representan la captura momentánea de una figura que, como todo proceso biológico, continúa mutando. Esta serie de imágenes exhumadas destruyen las correlación inequívoca de la fotografía con la realidad. En este logro surrealista, nuestra mirada educada no puede evitar buscar la figuración, un dejo de realidad no chamuscada, un fragmento de aquel segundo que pasó hace ya tiempo. ¿Son estas imágenes difusas una metáfora de nuestra memoria? La manifestación innominada de texturas celulares, galaxias lejanas y negros absolutos, nos muestran los aspectos fisionómicos de lo minúsculo, tan vivo y complejo como nuestros recuerdos.