La novela está elaborada desde la perspectiva de un narrador omnisciente, y no tiene pretensiones testimoniales. De hecho, ningún giro del libro pretende elaborar la ilusión de no-ficción como modo de crear un efecto de verdad en torno de la narración. Por el contrario, si bien se construye con verosimilitud tanto las sensaciones de la protagonista en relación con el telón de fondo acontecimental (tanto de la trama autoritaria del colegio, como de las referencias a su hermano, que ha sido llevado como soldado a Malvinas), la figura que se recorta contra ese fondo es la de una protagonista gris, sin brillos heroicos, sin conflictos éticos, despojada de notoriedad.