Señor Vicepresidente de la Universidad, señores Académicos, señores Profesores, señores: Acaso en esta oportunidad, sea obligado el exordio; pocas veces más difícil la tarea del orador frente á una asamblea tan clasificada y en un acto de tal significación, en que la familia universitaria platense, se apresta á iniciar su labor, simbólica como la de la colmena, al propio tiempo fecunda y silenciosa. Explicable es entonces que haya aceptado, pero no sin cierta entrañable emoción, esta honrosa designación de que he sido objeto por parte de la Vice-Presidencia de la Universidad.