Como Inspector General de enseñanza secundaria y normal, elevé a la consideración del señor Ministro de Justicia e Instrucción Pública, doctor José S. Salinas, en Enero 15 de 1917, un proyecto útil y económico, toda vez que se trataba de reducir la cifra de iletrados, para combatir el analfabetismo. El texto era: Tengo el honor de someter a la consideración de V. E. un proyecto de decreto para combatir, mediante erogaciones económicas, el analfabetismo, si con ello entendemos disminuir la masa de niños en edad escolar, que no sabe leer, escribir y contar. No creo, señor Ministro, que el alfabetismo consista en saber leer, escribir y contar; pero desde que tal es el concepto que de él se tiene en la operación censaría y tal concepto ha sido la base de las discusiones en la Cámara y de la propaganda periodística, debe considerarse conjurado el pavoroso mal toda vez que la población de 6 o más años, conozca los ramos indicados, algo menos que el programa común de primer grado.