Vivimos en una época en que muchas de nuestras conductas están creadas, favorecidas o incitadas por una influencia deliberada que valida de poderosos medios técnicos explota el conocimiento profundo de nuestra manera de actuar. La propaganda, aunque de nombre antiguo, es el personaje omnipresente más notable de nuestro siglo. La educación trata hoy de abarcar todos los sectores, esferas o áreas de la realidad en los que hemos de actuar. Así nos prepara para la salud, para la mejor comunicación, para la profesión, para la vida familiar, para el civismo y la actuación política, etc. ¿Nos prepara la educación de algún modo efectivo para enfrentar ese inevitable personaje denominado "propaganda”? La educación sistemática, ¿no nos deja, tal vez, abandonados a nuestros escasos recursos para enfrentarlo, siendo así que por otra parte se extiende cada vez más a tantos otros campos?