Las condiciones ambientales en el interior de los edificios pueden favorecer el crecimiento de hongos. Además los recubrimientos orgánicos, aplicados sobre paredes y cielo rasos, constituyen sustratos ricos en nutrientes para los hongos, que metabolizan algunos de sus componentes, degradando el recubrimiento. La proliferación microbiana en estos ambientes genera problemas de salud, tanto en el hombre como en los animales. Así, las pinturas con agentes inhibidores del desarrollo microbiano pueden ser una herramienta más para preservar la salud del ser humano en lugares como hospitales, plantas productoras, locales de consumición de alimentos, laboratorios, complejos deportivos, etc. Una alternativa, en comparación con biocidas como los organometálicos y organoclorados, (Hare C., 2000) usados tradicionalmente, son los extractos vegetales. Un extracto vegetal es una compleja mezcla de diferentes compuestos, que pueden actuar sobre diferentes microorganismos (Brielmann H. L, et al., 2006). El objetivo de esta investigación fue el de estudiar extractos de malezas como probables agentes inhibidores del crecimiento microbiano mediante ensayos de actividad antifúngica y antibacteriana como paso previo para su incorporación a pinturas para pared.