Contar con recursos técnicos y financieros que permitan concentrar el acopio individual de materiales reciclables, trascender a los intermediarios y mejorar las condiciones de comercialización negociando directamente con la industria que los recicla son aspiraciones vigentes y ampliamente compartidas por distintos sectores vinculados a la problemática de las cooperativas de recolectores informales de residuos (“cartoneros”), entre los que se incluye a los propios referentes de organizaciones cooperativas, funcionarios y técnicos puestos a planificar políticas públicas, miembros de organizaciones no gubernamentales, académicos, etc. Sin embargo, incluso para la mayoría de ellos, resulta muy poco conocido el hecho de que tal tipo de acción colectiva efectivamente tuvo lugar en los hechos. En efecto, una experiencia semejante fue protagonizada por una veintena de cooperativas de cartoneros bajo el impulso de una federación o cooperativa de segundo grado (el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, imfc) entre los años 1999 y 2006 en el ámbito del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).