El COVID-19 desnudó la gran desigualdad social que transita nuestro territorio. Previamente a esta pandemia, la implementación de políticas de carácter neoliberales, con eje en la distribución inequitativa de la renta, empeoró la calidad de vida, dificultó el acceso al suelo urbano en particular; y el ejercicio del derecho a la ciudad en general. En este marco, nos permitimos reflexionar sobre la necesidad de políticas públicas activas para mejorar la calidad del espacio, público y privado, en barrios de relegación social de la ciudad, en tanto continente-condicionante de la vida de las personas. Invertir en el hábitat es un eje transversal que impacta en la calidad de vida de la población e incide positivamente en la recuperación del empleo.