Fue a partir del surgimiento de la crítica feminista al pensamiento económico de los años ’70 que, el concepto de cuidado comenzó a ser discutida. A partir de la lectura del texto de Corina Rodríguez (2015) podemos decir que, la economía feminista (EF) se ubica dentro de las corrientes de pensamiento alternativas a la visión ortodoxa del mercado. Esta corriente de pensamiento, incorpora las relaciones de género como una variable relevante para explicar el funcionamiento de la economía, y de la posición diferenciada de los varones y mujeres. La EF, pone en el centro de análisis, la sostenibilidad de la vida, el objetivo del funcionamiento económico desde ésta mirada, dicho en palabras de la autora “no es la reproducción del capital, sino la reproducción de la vida” (Rodríguez, 2015, p. 32). A su vez, dicha perspectiva, viene contribuyendo a consolidar una mirada desde la economía que desafía los principios convencionales, expone dimensiones de la realidad invisibilizadas, así como también reclama y propone estrategias para transformar la dinámica económica en un sentido más igualitario.