El artículo revisa la bibliografía sobre Giménez Caballero para cuestionar la tesis que enfrenta al escritor y al político, al vanguardista y al fascista, mostrando las claves internas que permiten explicar la evolución de su obra. Recurriendo a las contraposiciones de Walter Benjamin entre estetización de la política y politización del arte, y entre valor cultual y valor exhibitivo, se sostiene que Arte y Estado puede entenderse como un proyecto de estetización de la política en el que los medios técnicos y formales de la vanguardia fueron puestos al servicio de la legitimación carismática del líder político autoritario.