Los jóvenes tienen en las yemas de los dedos las tecnologías; ellas atraviesan sus modos de pensar, aprender y conocer, de ahí porque debemos identificar y reconocer las tendencias culturales. Maggio (2012), es necesario reconocer el valor de los “usos culturales y formas cognitivas del mismo modo como deberíamos tener en cuenta los estilos cognitivos propios de los sujetos culturales que son nuestros alumnos” (p.153) Cabe preguntarnos, ¿Qué materiales educativos digitales prefieren lo hipertextual, el texto plano, lo multimedial? ¿Cuándo utilizamos tecnologías priorizamos el “efecto de la tecnología”? La oralidad y la escritura han sido y seguirán prevaleciendo como las formas de narrar. Así lo visual, lo audiovisual, el sonido y otras formas de representación van imprimiendo su sello como complementos de lo oral y lo escrito. Con el avance de las tecnologías, el lenguaje multimedial trae consigo un nuevo tipo de narración, aquella en la que se interrelacionan distintos medios como el vídeo, el texto, la fotografía, la infografía, la animación y la ilustración; son las nuevas narrativas digitales.
La situación de pandemia ha acelerado la necesidad del diseño e implementación de materiales educativos digitales. A su vez ha contribuido a consolidar la opción pedagógica a distancia.