El poder y sus estrategias construyen mecanismos que se establecen y construyen el pensamiento dominante. Nos interesa comprender el poder como mecanismo de validación tanto del hacer proyectual como de su enseñanza, donde se establecen verdades, certezas, repitiendo las mismas sin haberlas puesto en discusión alguna vez. Podemos decir que el poder es la mirada del otro, un otro que posee una mirada preestablecida, dominada por el deber ser que impone el momento que habitamos. El poder no actúa por represión sino por normalización, por lo cual no se limita a la exclusión ni a la prohibición, ni se expresa ni está establecido en la ley.