El libro se llama Los fantasmas de mi vida, y ya en el primer capítulo plantea que nuestro presente está hecho de futuros perdidos, futuros que en algún momento fueron posibles, pero no pudieron ser. Tomando la idea del libro Espectros de Marx de Jaques Derrida, Fisher dice que estos futuros, lejos de haber desaparecido, siguen vivos, solo que se presentan como fantasmas, los cuales vuelven para recordarnos que las cosas podrían haber sido de otra forma.