Desde los jeroglíficos de los códices prehispánicos y las primeras inscripciones del alfabeto hasta las múltiples fuentes tipográficas de los dispositivos electrónicos actuales, la escritura –y con ella, la literatura– ha estado necesariamente ligada a la visualidad y a la materialidad. El estudio específico de estos vínculos, sin embargo, es bastante joven. Recién en la década de 1990, Peter Wagner hizo referencia a la inexistencia de artes puramente visuales o verbales y acuñó el concepto de “iconotextualidad” para referirse a un artefacto concebido como una unidad dialógica e indisoluble entre estos dos sistemas semióticos. Fruto de espacios de discusión impulsados por el Seminario Interdisciplinario de Bibliología (IIB- UNAM) el libro Bibliología e iconotextualidad. Estudios interdisciplinarios sobre las relaciones entre textos e imágenes constituye un relevante aporte a las investigaciones sobre las estrechas y complejas relaciones de los textos con el lenguaje visual, puesto que recoge una diversidad de manifestaciones escritas e ilustrativas producidas en el continente americano, prestando particular atención a la variedad de soportes en los que fueron plasmadas.