El desarrollo de software es complejo por naturaleza, tanto por el proceso, como por el conocimiento que debe plasmar y finalmente porque requiere satisfacer las necesidades del cliente. Cada vez más empresas les exigen a sus proveedores de software una certificación de calidad, para lo cual se tienen que contar con un proceso estándar que tenga trazabilidad de los requerimientos desde el punto de vista del cliente. Por otro lado, contar con documentación sencilla y puntual contribuye a que tanto los clientes como el equipo de desarrollo puedan mitigar el impacto de la tendencia a leer de manera superficial fomentado por Internet, los teléfonos, los relojes inteligentes y las redes sociales. Además, si el desarrollo tiene que ser realizado por un equipo pequeño, de menos de 5 integrantes, y con alguno de sus miembros distribuido geográficamente, la tarea puede ser abrumadora.
Este trabajo propone un proceso de desarrollo que enfatiza los siguientes pilares: 1) Lograr la trazabilidad de los requerimientos, 2) haciendo foco en la documentación mínima, 3) que pueda ser utilizado por equipos pequeños y 4) con al menos uno de sus integrantes distribuido geográficamente. Si bien hay varias propuestas para desarrollar software, desde el desarrollo clásico hasta el ágil, ninguna cumple con los 4 pilares de manera simultánea. El proceso propuesto fue validado a través de un caso de estudio que duró 18 meses. El mismo consistió en un desarrollo de un producto de software para un cliente comercial. Para analizar los resultados del caso de estudio se utilizaron datos cuantitativos y cualitativos. Finalmente, como un aporte sustancial, en 2019 la empresa en la que se aplicó el proceso propuesto en esta tesis certificó la norma de calidad ISO 9001.2015 para desarrollo de software utilizando Klein como estándar.