La novela comienza con la llegada a la finca "La Maestranza" -en Quismondo, provincia de Toledo- con el fin de presenciar, documentar y quién sabe si estudiar el extraño ritual que allí se realiza (en el cual se recrea la muerte del menor de los hermanos de la familia propietaria de la finca, veinte años atrás, justamente el 18 de julio de 1936, a manos de sus trabajadores), del historiador norteamericano Michael Leidson, quien recoge información y testimonios, siendo huésped allí, y proporciona al narrador-escritor Sánchez-Larrea-Semprún los materiales para el libro casi treinta años después.