La obra de Isabel Lozano-Renieblas se presenta como un interesante y prolijo estudio sobre el camino que debió recorrer el género de las novelas de aventuras durante el Medioevo, tema que adelantara en artículos precedentes. El volumen está compuesto por un prefacio (“Prolegómenos al debate sobre la novela de aventuras”), un epílogo (“Los límites del género”) y cinco capítulos en los que se desarrolla la evolución y variación del género desde una perspectiva histórica. Esta perspectiva resulta interesante y acertada ya que permite estudiar el corpus seleccionado en su desarrollo temporal, con sus vínculos y particularidades respecto del género tal como lo concibiera la Antigüedad, que es donde se origina, y tal como se desarrollara posteriormente en el Medioevo.