Se trata de una edición erudita y filológica, como señala su editor, que si bien no puede considerarse crítica con pleno derecho por no haberse consultado el manuscrito del poema, nos propone un texto crítico ajustado a los principios de la crítica textual. Para su elaboración, se tuvieron en cuenta las sugerencias y los aportes de las principales ediciones anteriores: Ramón Menéndez Pidal (1944-1946), Colin Smith (2003), Ian Michael (1984), Jules Horrent (1982), Pedro Cátedra y Bienvenido Morros (1985), Alberto Montaner (1993), Francisco Marcos Marín (1997), Eukene Lacarra Lanz (2002). El resultado de esta labor se constituye como un verdadero texto metacrítico, en el que se recuperan, se comparan y se discuten las intervenciones editoriales y las lecturas propuestas en los ocho trabajos que lo preceden.