La industria química y petroquímica generan aguas residuales que contienen contaminantes orgánicos poco amigables con el medio ambiente, como es el caso de los pertenecientes a la familia de los fenoles. Se han desarrollado muchas técnicas para su descomposición a CO2 y H2O, pero lamentablemente, a veces mediante esta descomposición se generan compuestos refractarios, como es el caso de los ácidos de cadena corta como el ácido acético CH3COOH. Aunque este ácido es difícil de degradar, su separación del medio acuoso puede realizarse mediante adsorción con carbón activado (C*). A través de esta interacción el contaminante queda retenido en el adsorbente, que posteriormente deberá ser tratado (activado) para eliminar todas las sustancias tóxicas que se encuentran adsorbidas. Así mismo, en la actualidad muchos hogares cuentan con “filtros o jarras filtradoras” en cuyo interior uno de sus componentes suele ser C*. Este hecho cotidiano brinda una atractiva oportunidad para plantear a los alumnos la necesidad de comprender qué es lo que sucede cuando utilizamos estos dispositivos al tomar agua en nuestros hogares (Jacobsen, 2004).
En este sentido, el presente trabajo propone una metodología experimental como recurso para transmitir conocimientos relacionados con la problemática de la contaminación del agua y su remediación.