Tres generaciones, padre, hijo y nieta, captadas por el novelista en un momento clave de sus vidas, cuando todo parece a punto de terminar o derrumbarse. Pero nada concluye definitivamente en Saber perder, los paréntesis se abren, se cierran quizás sin mucha fortuna, pero se vuelven abrir con una tenue promesa; así discurren las historias paralelas de Leandro, Lorenzo y Sylvia