En este libro, en el que se reconoce el auge de la autoficción en el intersticio que se halla entre la muerte del autor y una marcada emergencia de la autobiografía, se señala en principio un modesto objetivo (“aportar [un] granito de arena a la comprensión del desigual proceso de recuperación del autor en la literatura española de las últimas décadas”), para luego dar muestra de la complejidad del aporte en un recorrido teórico tendiente a deslindar las posibles confusiones en torno a las escrituras que de diferentes maneras conciernen a la primera persona de singular. Si bien se consideran con detenimiento ejemplos de otras latitudes, el foco está puesto en textos españoles, particularmente a partir de una eclosión que lleva a Manuel Alberca a una periodización coincidente con el final del franquismo, el comienzo de la transición democrática y el posterior desencanto de las causas políticas, instancias que determinaron que muchos escritores recurrieran a lo personal como a una suerte de resguardo. En cuanto a las disciplinas tenidas en cuenta, el corpus que recorta el autor es literario, pero el análisis también apela a la autoficción en otro terreno, como el de la plástica. En ese sentido, Alberca piensa su objeto de estudio en tanto fenómeno cultural amplio y lo observa a la luz del ideario posmodernista, fundamentalmente en lo que concierne a la configuración de un sujeto centrado en sí mismo y a la equiparación entre lo real y lo simulado.