En Argentina, se estima que al menos 1.6 millones de personas están infectadas con el parásito que causa la enfermedad de Chagas (el Trypanosoma cruzi), cifra que la ubica como una problemática de gran impacto en la salud pública nacional. Históricamente, el Chagas fue asociado a la pobreza, a la ruralidad y a las casas hechas de adobe, lo que motivó la circulación de discursos estigmatizantes y discriminatorios que aún hoy persisten y se manifiestan tanto a nivel individual y colectivo como en los medios de comunicación, en las herramientas de promoción de la salud y hasta en políticas públicas y legislaciones. Sumado a la falta de sobre el tema, estas representaciones profundizan la exclusión social y el miedo y la incertidumbre en las personas infectadas.
Sin embargo, hay espacios y propuestas como las del grupo “¿De qué hablamos cuando hablamos del Chagas?” que plantean una mirada integral y multidimensional sobre la temática, abarcando las dimensiones biomédica, epidemiológica, sociocultural y político-económica de la problemática. Bajo esa premisa, el equipo ha realizado varias piezas comunicacionales como la serie animada “Juana y Mateo contra el Chagas” (2013), que muestra diferentes miradas sobre el tema; y la aplicación móvil “GeoVin” (2018), que busca la participación de la población para recabar información acerca de la presencia y distribución de las principales especies de vinchucas (insectos responsables de la vía vectorial de transmisión del T. cruzi). También generaron, entre otros materiales, el documental “Luchas campesinas frente al Chagas” (2015), que recoge relatos y experiencias de organizaciones campesinas de las provincias de Córdoba y Santiago del Estero; y el libro “Chagas, infancias y derechos humanos” (2019), que busca que niños/as y adolescentes puedan conocer sus derechos y repensar la problemática del Chagas. Asimismo, el grupo tiene un fuerte trabajo territorial con el desarrollo de talleres y otras actividades, y participación en eventos en diversos espacios educativos y culturales.
Consideramos que relevar y analizar el contexto de producción de estas propuestas, qué decisiones se fueron tomando durante su desarrollo y cuál fue el lugar de los/as destinatarios/as y su participación, además de las estrategias discursivas puestas en juego, resultará un valioso aporte al campo de la comunicación en salud. Esta investigación, que está dando sus pasos iniciales, espera dar cuenta de la importancia de incorporar a las comunidades en un constante diálogo (atendiendo a sus necesidades y su contexto cultural para generar verdaderos cambios sociales) en las propuestas de comunicación y promoción de la salud. También pretende reflexionar sobre la responsabilidad de los comunicadores y las comunicadoras en salud y cuáles son las habilidades que deberían desarrollar para convertirse en mediadores y estrategas con sensibilidad para abordar distintas realidades.