En un contexto global en el que los movimientos de personas son una tendencia que influye de manera determinante en la construcción de los Estados Nación, pero además implica un intercambio, cada vez más acelerado, de capitales , símbolos, información, materias primas, reflexionar en torno a los flujos migratorios no solo es un debate vigente sino que además es un campo marcado por la heterogeneidad, conexa a las multiplicidades inherentes a la migración pero instalado en un escenario, más bien permanente, que da cuenta de deficiencias estructurales en el orden social, político y económico.
Así, las migraciones contemporáneas no solo arriban estando atravesadas por las transformaciones sociales, económicas, políticas y tecnológicas en el mundo, sino que además lo hacen con características diferenciales que se hacen latentes en sus proceso de integración y que tienen que ver con categorías asociadas a la raza, la etnia, así como aquellos dispositivos culturales que incluyen desde elementos lingüísticos hasta el sistema de valores.
El presente texto tiene por finalidad visibilizar algunas de las características sociodemográficas de la población ghanesa en Argentina a la luz del papel del Estado en el reconocimiento de la diversidad y de la gestión de la misma encontrando en la raza, una, sino la principal forma de heterogeneidad, que más allá, y como reflexionaremos para el caso Argentino, no ha concretizado la tan anhelada promesa de igualdad a partir del reconocimiento de la diferencia, sino que ha establecido una tendencia contradictoria materializada en el señalamiento, persecución y déficit en el andamiaje social para el acceso y garantía de derechos de aquella franja migratoria no blanca, para quienes el proceso de integración no solo resulta ambiguo e instable, sino que además implica una lucha que en paralelo reclama el reconocimiento de sus derechos y la valoración de su identidad en un horizonte en el que la diferencia, en la práctica institucional pero también social carece de valor.