El significado de la simple palabra "no" plantea una constelación de problemas. La cotidianeidad de su uso contrasta con la dificultad de explicarlo. Cuando afirmamos algo con la pretensión de decir la verdad parece que constatamos hechos, pero, ¿a qué realidad corresponde una negación cuando decimos precisamente que algo no es?, ¿es este "no ser" un hecho, o por el contrario, la ausencia de un hecho? Si el no-ser es algo, ¿de qué tipo de ente se trata? y si es una ausencia, ¿cómo la percibimos? ¿Debe pensarse la negación como una mera operación lingüística? ¿Cómo explicar entonces que pueda dar información acerca de las cosas? Además, ¿a qué afecta el "no": al verbo, al predicado de un juicio, o al juicio como tal? En una anotación en su Diario de Noviembre de 1914 habla Wittgenstein del "profundo secreto" de la negación.