Uno de los rasgos que caracteriza al actual contexto internacional es la globalización. Mencionar la globalización significa referirse a la multiplicidad de vínculos e interconexiones que relacionan entre sí a diferentes Estados y sociedades. Esto implica considerar el proceso mediante el cual actividades, decisiones y sucesos ocurridos en un lugar repercuten significativamente en otros lugares del mundo. Asimismo, las consecuencias de la globalización en los mercados, la técnica y la producción acotan el desempeño de gobiernos y parlamentos en los ámbitos nacionales. La reacción de los Estados es conformar bloques regionales. Se constituyen así megamercados, lo que a su vez influye sobre la respectivas unidades nacionales que los integran. La manifestación esencial de esta influencia se advierte en la distribución geográfica del desarrollo entre las unidades políticas territoriales de los Estados.
En Argentina, en el transcurso del tiempo, dicha distribución estuvo directamente supeditada al contexto internacional. Es en función de ese contexto que se pueden diferenciar diversas etapas de distribución del desarrollo.