Ciertas interpretaciones de la novela proustiana la conciben con una postura respecto a la realidad fundada en la subjetividad, las sensaciones engañosas, la fugacidad de los hechos. A partir de una nueva precisión de las nociones de "realidad" y "sensible", y con la filosofía de Maurice Merleau-Ponty como marco teórico, Anne Simon postula, por el contrario, que tal postura constituye una primera aproximación a la experiencia de lo real y de lo sensible, pero que se irá modificando y redefiniendo a lo largo de la novela; tales aproximaciones constituyen distintos momentos del itinerario de descubrimiento de la vocación literaria.