El mundo cristiano medieval busca signos que den cuenta de la llegada del Reino de modo definitivo. Mientras la escritura garantiza la consolidación de la palabra en el tiempo y los scriptoria la reproducen, la imagen la hace pedagógica, y, sobre todo, la hace verdad desde la experiencia.
Y esa experiencia, construida desde la retórica de lo visual como acto de persuasión, pero, fundamentalmente, como verosímil, no sólo valida la cosmovisión cristiana, sino que da las herramientas para operar en la realidad y vincularse con la divinidad.
Si se considera que la imagen en el medioevo es un instrumento de mediación y operación con la realidad en sus diferentes pliegues (Deleuze, 1988), por tanto, es posible dimensionar su valor de conocimiento en esa situacionalidad. A ello se aboca este capítulo, para tal objetivo se incluirá al final del mismo un análisis del tímpano de la iglesia Santa Fé de Conques desde la cualidad performática de la pedagogía del dogma hacia lo popular.