“Un mundo nos está predonado”. Cada uno de nosotros tiene de él su mundo circundante orientado en torno al cuerpo propio como objeto-cero del sistema de coordenadas desde el cual experimenta todo objeto mundano. Este no es un mundo privado, sus objetos son accesibles a todos , aunque cada uno tenga sus fenómenos subjetivos según la orientación espacial; y, concuerden éstos o no con los de los Otros, estamos todos referidos al mismo mundo, que está ahí, conocido y accesible.