Una de las consecuencias de la aplicación de las políticas neoliberales de la década de 1990 en América Latina fue la fuerte concentración mediática y una deslegitimación de las televisiones públicas en la región. De esta manera, la construcción de una mirada monolítica y hegemónica sobre la realidad se convirtió en el patrimonio económico y simbólico de los conglomerados multimediales, ahora devenidos fuentes de poder y exclusión a la hora de crear referencias cotidianas sobre el mundo.
Como resultado de ese proceso, la mirada televisiva dominante sobre la juventud fue la estigmatización de los mismos; mirada que parece interesarse más en demostrar el acto delictivo del joven que concientizar a la sociedad sobre sus problemática.
En la actualidad, Argentina vive un momento de transición inédito en materia de políticas públicas de comunicación. Frente a una televisión que llevaba más de 60 años ligada a la proyección de una identidad nacional homogénea y unívoca, la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522 y el fomento de la Televisión Digital Abierta (TDA) promueven el desarrollo tecnológico y de contenidos federales, favoreciendo la producción en cada lugar de sus historias, tramas y representaciones. Más específicamente, a partir del artículo 17 de la Ley, se crea el Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia, entre cuyos objetivos se destaca la promoción de contenidos de calidad dirigidos a los niños, niñas y adolescentes (artículo 153, inc. g).
En este escenario audiovisual es necesario dar cuenta acerca de la nueva mirada hacia la juventud que aportan ficciones como "Los Pibes del Puente" (Canal 7) y "Presentes" (Canal Encuentro).