En los últimos años aparece como recurrente en el ámbito de la enseñanza universitaria, la necesidad de incorporar TIC (tecnologías de la información y la comunicación) a las prácticas docentes. Mucho se ha reflexionado sobre la necesidad de llevar adelante esta innovación yendo más allá del mero uso de herramientas tecnológicas en clase. Sabemos que lo que guía las buenas innovaciones no es la inclusión de tecnologías novedosas en el aula, sino un pensamiento pedagógico-didáctico y de comunidad que configura el ingreso de tecnologías en pos de mejoras en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, innovar dentro de las universidades suele no ser simple, por lo que abordar proyectos innovadores en estructuras educativas de este tipo siempre es un reto que requiere además de voluntad, gran capacidad para el trabajo colaborativo. En esta presentación tomamos la idea de transición alostérica desarrollada por Monod en los años ´60 en el ámbito de la bioquímica como herramienta heurística para visualizar una propuesta de cómo puede abordarse el trabajo dentro de los equipos docentes cuando se busca promover cambios genuinos en las prácticas.