Cuando nos acercamos a esta Historia feminista de la Literatura Argentina, estamos listas para desarmar los preconceptos sobre qué es y cómo se hace, cómo se escribe y se lee la literatura, la crítica y la historia. Porque adjetivarla de feminista es alertar una nueva perspectiva. En la intemperie (el cuarto de sus seis tomos), como era de esperar, rompe con todas las linealidades. Tiene mucho de Historia pero se mueve a través del tiempo de una forma decididamente alternativa. Elegir un orden temático más que cronológico y construir un presente de treinta años permite ir y venir por los tiempos, releyendo para atrás y para el costado en cada uno de los comentarios. A su vez, no pretende nunca (en ningún momento) abarcar una totalidad. Es un proyecto, una entrada posible, un laboratorio, un artificio. Y lo dice: se nombra proyecto. Muy de feminista esto de hacerse cargo y bandera del lugar desde el que se habla. Muy de feminista esto de no pretender abarcarlo todo porque le que mucho abarca poco aprieta. Hay un recorte, claro, como en toda Historia. Pero acá es explícito.