El objetivo de este artículo es analizar el vínculo entre las inundaciones en Sudán, producto de los efectos del cambio climático, con la inseguridad alimentaria y los desplazamientos poblacionales internos en la región. El evento central de nuestro estudio establece como figura relevante a las intensas lluvias que azotaron el territorio de Sudán entre los meses de agosto y septiembre del 2020. Las consecuencias directas de estas intensas lluvias fueron el desbordamiento del río Nilo y sus afluentes y, por consiguiente, las anegaciones de poblaciones cercanas con miles de personas afectadas e importantes pérdidas materiales. Las autoridades de Sudán debieron declararse en Estado de Emergencia (Agencia Efe, 2020). Estudios demuestran que las precipitaciones se intensifican cada vez más a consecuencia del cambio climático. Con el tiempo se ha convertido en un factor preponderante en toda la región del Sahel (International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies [IFRCRCS], 2019).
Las inundaciones afectan de manera prioritaria los ámbitos agrícolas, que en un contexto como el de la región de Sahel, con constantes problemas de abastecimiento, ponen en relieve el tema de la seguridad alimentaria. Este concepto que se enmarcó en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, se definió como el acceso permanente, tanto físico, social, y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos necesarios para satisfacer las necesidades de un individuo y sus preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana (FAO, 1996). Otro elemento intrínsecamente relacionado a los desastres naturales derivados de la variabilidad climática como así también con la inseguridad alimentaria lo constituyen los desplazamientos poblacionales internos, forzando a familias y comunidades a buscar refugio dentro de las mis-mas fronteras, sometiéndose a condiciones de vida insalubres y hacinadas.