Siempre ha habido una relación tormentosa entre metáfora y filosofía. En Platón, por ejemplo, la metáfora es a la par usada y desaprobada como modo filosófico de expresión debido a su ambigüedad y falta de precisión. Aristóteles, si bien la rechaza para la filosofía -así acusa a Platón de hablar con metáforas, en Poet. y en Rhet. Ileva a cabo el primer estudio sistemático sobre el carácter y los usos de la metáfora. Ahora bien, ya la antigüedad tardía recoge solo su valor ornamental. Oradores como Quintiliano y Cicerón consideraron a la metáfora un tropo en el que se daba un cambio acertado significación de una palabra o de una locución por otro; un símil abreviado. Esta interpretación se mantuvo vigente por lo menos hasta el siglo XVIII, tal como lo muestra la Retórica de Campbell.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)