Así como un término puede contener diferentes conceptos, así también el mismo conceptos puede ser representado mediante diferentes términos. El interpréte tiene que aprender tanto a distinguir conceptos como a reunir términos. Los conceptos se obtienen por definición, los términos, por el contrario, por denominación. Es evidente pues que idénticos definientia pueden ser expresados de manera diferente, y que la misma expresión puede ser usada para diferentes definientia. La historia de la filosofía ofrece un arsenal de ejemplos, y su historia contiene un catálogo de casos en los que la desatención de esta distinción fundamental ha dado ocasión a importantes interpretaciones erróneas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)