Los menesteres del trabajo no son un tema nuevo en la pintura. Mas, son numerosos los caminos que conducen al universo del quehacer creador. Vale decir, que la interpretación del tema se acomoda a los signos que rigen la existencia del artista. Francisco A. de Santo dió sustancia al tema del trabajo. Ennobleció el tema. Vamos a precisar: No suministró nobleza a la labor jornalera puesto que el trabajo, como tal, lo tiene. Diremos, eso sí, que elevó el rango del tema. Frente a una obra de De Santo, no se torna indispensable establecer sus orígenes, porque ella responde, necesariamente, a un tema. No es el pintor de aquellos temas por los que escapa la responsabilidad. Es el creador que ha quitado al trabajo de la deplorable condición de tema infrecuente —y sin experiencia vital— en que se hallaba, para hacer de él el tema de su existencia, y, por añadidura, el tema de su arte.