Si analizamos la ciudad de La Plata como obra urbanística, el escorzo que nos otorga la centuria transcurrida nos permite descubrir su importancia excepcional desde diferentes puntos de vista.
La Plata, que nació como ciudad nueva, es decir, como resudado de una idea preconcebida y ejecutada como un todo en un momento histórico determinado, merece ese análisis que clarifique su ubicación en el contexto urbanístico mundial.
El decreto del 7 de mayo de 1881, que encomendaba al Departamento de Ingenieros de la Provincia proyectar su traza, indica que sus planos "serán conformes a los trazados de las ciudades más modernas" y que "se consultará al mismo tiempo que la mayor comodidad de los habitantes, la posibilidad de mantener la higiene, en cuanto lo permitan los últimos adelantos científicos y la belleza de sus calles y plazas".