En este capítulo, Juan Manuel Fontana aborda la pregunta por los límites que implica el paradigma tradicional del desarrollo, para lograr una democracia económica. El autor se propone problematizar y concretizar el concepto de desarrollo en que se basa la Teoría de la Desconexión con el objeto de establecer su genuino potencial transformador. En concreto, Fontana señala que no alcanza con regulaciones estatales sobre la actividad de mercado para lograr el cambio radical que ese enfoque teórico se propone. E insiste en la necesidad de avanzar hacia otras formas de producción económica. Particularmente, sugiere que una real democratización económica, que responda a las necesidades de las mayorías excluidas, exige profundizar el giro hacia la producción popular como estrategia de subordinación de la lógica del lucro a la del provecho social.