Se acusa al Magisterio de falta de preparación y algunos han lIegado hasta negarle aptitudes para la enseñanza. Podría contestarse como Diaz, enumerando las obras que el gremio ha producido y la larga lista de educacionistas que en el país se destacan. Podría decirse a los que así afirman y por un sentimiento de hostilidad tal vez, que el maestro que les enseñó a leer y escribir perdió lastimosamente el tiempo al crear cuervos. Pero la mejor respuesta la daremos analizando la preparación intelectual y moral del maestro argentino, a quien no consideramos una perfección ni mucho menos y en el cual hallamos una deficiente preparación, atribuible a causas diversas.