Uno de los sectores sociales más perjudicados por el delito, sino el más afectado de todos, por las condiciones materiales en las que se encuentra, es el que reconocemos con los nombres de “vulnerable” o “marginal”, que en este trabajo llamaremos sector “desaventajado”, es decir, el de aquellos grupos de personas que, por las particulares circunstancias en las que se encuentran en la estructura social, por la posición que tienen en las relaciones de producción, no pueden hacer frente a determinados problemas cotidianos a través de los canales formales previstos alguna vez por el Estado. Grupos de personas formales o informales que se encuentran en una situación de desventaja respecto de otros grupos sociales, que no tienen las mismas oportunidades, ni los mismos recursos (económicos, sociales y culturales) para manifestar sus problemas e intentar resolverlos de acuerdo con los mecanismos institucionales previstos por las agencias que componen el Estado.
Estos grupos son objeto de diferentes hechos de violencia, cada vez más violentos y más periódicos. Situaciones relevadas como problemáticas, que generan inseguridad entre los habitantes de los barrios de las periferias urbanas.